¿Qué es la miositis osificante?
La Sociedad Española de Medicina Interna define la miositis como “cualquier condición que causa inflamación en uno o más músculos esqueléticos, que también se llaman los músculos voluntarios. Estos son los músculos que controla conscientemente, que le ayudan a mover el cuerpo.” El principal síntoma es la debilidad, que puede ir o no acompañada de dolor en la zona afectada.
Sin embargo, no se debe confundir la miositis con la miositis osificante, dolencia muy frecuente entre deportistas. La miositis osificante es definida por Rombolá como “un proceso inflamatorio del músculo que se acompaña por la formación de calcificaciones heterotópicas cicatrizales”, es decir, que se caracteriza por un crecimiento anormal de tejido óseo en el músculo. Este crecimiento del tejido óseo se denomina formalmente como “osificación”.
Las áreas más frecuentemente afectadas son los codos, muslos, nalgas, cuádriceps y aductores y, de acuerdo al doctor Martín, tiende a producirse como consecuencia de un traumatismo sobre una zona muscular.
¿Qué síntomas presenta la miositis osificante?
La miositis osificante presenta determinados síntomas que nos permite reconocerlo de forma sencilla. Entre ellos, la miositis muscular se caracteriza por la pérdida de amplitud de movimiento en la zona afectada, rigidez, inflamación, dolor al realizar movimientos y dureza en el músculo herido al palparlo como resultado de la osificación.
Además, todos estos síntomas se presentan tras producirse una fuerte caída o un intenso impacto del músculo lesionado, teniendo en cuenta que el traumatismo es el causante de esta lesión.
Miositis osificante: tratamiento
El tratamiento de la miositis osificante variará considerablemente de acuerdo a su gravedad, por lo que será fundamental acudir a un médico deportivo para que valore cómo ha de ser tratada la zona malherida.
En cualquier caso, en términos generales las recomendaciones para tratar la miositis osificante son principalmente el reposo y la toma de medicación antiinflamatoria. Además, para tratar de calmar el dolor, también se pueden utilizar compresas húmedas calientes. Una vez el músculo vaya mejorando, lo más importante para lograr su completa recuperación será acudir a un fisioterapeuta deportivo, quien marcará ciertos ejercicios y estiramientos de la zona lesionada.
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